jueves, 11 de abril de 2013

VIOLACIONES PERFECTAS

VIOLACIONES PERFECTAS

Existen dos tipos de violaciones: las violaciones perfectas y las imperfectas.


Las violaciones perfectas son aquellas de las que nadie pone en duda su realidad. Nadie, excepto personas realmente enfermas, van a atreverse a decir: esto no fue una violación. Son casos excepcionales, que no ocurren casi nunca en la realidad, pero son los casos de los que más se habla en los medios y son los casos que las mujeres más temen, cuando las posibilidades de ser violadas en esas circunstancias son casi tan escasas como las de morir en un accidente de avión: ocurre, pero es raro.

Ejemplo de violación perfecta: una mujer que se encuentra sola en una calle oscura o una playa de estacionamiento, y es atacada por un violador serial que la amenaza con un arma y le deja heridas en las partes íntimas (porque la mujer se debatió y hubo desgarros) que son una prueba irrefutable de la existencia de la violación.

Cuando se habla de violación, en general la gente piensa en este tipo de violación. Son casos suficientemente raros como para que se crea que pocas mujeres fueron violadas (y es cierto, la cantidad de violaciones de este tipo es realmente mínima) pero de los que se habla lo suficientemente como para infundir miedo entre las mujeres y que éstas no se atrevan a salir solas de noche por la calle.

Sin embargo, la inmensa mayoría de las violaciones (el 70%, según lo que tengo entendido) no ocurren así. No ocurren en la calle sino en la propia casa de la víctima o en un lugar familiar. No son cometidas por desconocidos sino por personas allegadas, marido, novio, familiar, padre, médico o amigo. No dejan rastro, porque la mujer no se debate tanto. De hecho, a mí siempre me han enseñado que en caso de violación (perfecta o imperfecta), lo mejor era no resistir para no sufrir heridas mayores; sin embargo, las heridas constituyen una prueba, y si no hay heridas, poca gente se tomará en serio eso de que hubo una violación.

Una mujer que acepta estar en una cama con un hombre, pero finalmente cambia de opinión a último momento, corre el peligro de ser violada... y que nadie considere que eso fue una violación. Un caso reciente fue el de la hermana de un amigo mío, hace pocos días. Ella estaba saliendo con un chico. Terminaron en la cama. Ella, a último momento, por razones que desconozco pero que sólo le incumben a ella, cambió de parecer. Él insistió. Ella se negó. Él no tomó en cuenta la negación y siguió adelante con su propósito y la forzó. Ella, por miedo a que se pusiera violento, finalmente dejó de debatirse.

¿Fue una violación?

Para mí, no cabe la menor duda de eso. A partir del momento en que hay un "no" y en que la otra persona hace caso omiso a ese "no", se trata de una violación.

Cualquier persona, hombre o mujer, tiene derecho a cambiar de opinión en cualquier momento de la relación sexual y a negarse a seguir. Se le podrá tachar de histérica, de gataflora, de lo que sea, pero no se tiene derecho a insistir o forzarla si esa persona se niega. El límite entre la insistencia pesada ("Dale, dale, abrite, dejame, dale...") y la violación es muy fino. Pero el derecho a la integridad física es mayor al supuesto derecho a una relación sexual. Nadie debería creerse que tiene un derecho sobre el cuerpo de otra persona.

Sin embargo, el psicólogo de esa chica decretó que no se trató de una violación, porque un varón, cuando empieza, "no puede parar", y que ella tendría que haberlo previsto cuando aceptó meterse en la cama con él.

A ese psicólogo habría que demandarlo y sacarle la licencia (como mínimo). Considera que un hombre tiene derecho a tener acceso al cuerpo de una mujer a partir del momento en que "empezó", sin tomar en cuenta el consentimiento de la mujer.

¿Y qué es una relación sexual sin el consentimiento de ambas partes? Pues sí: una violación. Sea cuando sea que se produzca esa falta de consentimiento.

Si un psicólogo considera que esto no es una violación, imagínense un policía, un juez. ¿Esa mujer denunciará a su violador? No, porque sabe que nadie considerará que fue violada. Y esa falta de reconocimiento duplica el sufrimiento de la violación: a la violación en sí hay que soportar la negación de la existencia de la violación. Les puedo asegurar que esa falta de reconocimiento de la violación es tan dolorosa como la violación en sí.

Por eso es que la inmensa mayoría de las mujeres violadas (más del 90%) no denuncian las violaciones de las que fueron víctimas: saben que si no se trata de violaciones perfectas, nadie les creerá, porque todavía existe la idea de que los hombres tienen derechos sobre el cuerpo de las mujeres
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Publicado por Une femme de rien du tout  el 9/02/2012 08:53:00 a.m.

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