jueves, 11 de abril de 2013

"Paty chula"


 


Me encanta Ernesto Gómez Cruz. Es tan buen actor que  una no puede evitar creerse cada uno de sus personajes. 
En este cortometraje su personaje es un viejo rabo verde que lleva tiempo invitando a salir a una jovencita; ella se ha negado hasta el momento pero se ve obligada a aceptar porque es un cliente importante de la empresa en la que trabaja.

Durante la comida ella toma de más (demasiados "toritos"). Al finalizar la cena -comida, no sé-, en lugar de llevarla a donde ella se lo pidió, el tipo la lleva a un motel (Mmm... ¿qué me recuerda...?). Ella no desea esto, de hecho toda la noche no ha sentido otra cosa que repulsión por el hombre, porque es una "fresita" que lo considera "prieto", "feo", "naco", "ruco", "azteca", etc., pero está demasiado ebria como para tomar cualquier decisión sabia, así que termina entrando con él. Sin embargo, una vez dentro del motel, cuando él comienza a quitarle la ropa, ella reacciona y dice NO. El señor Gutiérrez hace caso omiso a su respingo y la penetra sin más.

El final no se los cuento porque así no trae chiste, es mejor que lo vean. 

No es que esta historia sea idéntica a la mía, pero la comparto pues resulta interesante la trama porque ocurre de hecho una violación. Para que aquellos que no entienden qué es una violación, lo pueden aquí ver de forma clara, en una historia de pe a pa.
La mujer en este caso se ve obligada a salir con él. Las cosas se salen de control porque ella está tomada. Evidentemente el viejo aprovechado estuvo ofreciéndole tragos precisamente para que se pusiera "flojita y cooperando", pero el hecho de que la muchacha haya aceptado los tragos no es de ninguna forma señal de que ella estuviera aceptando nada más allá de eso.
Pueden ver su reacción al final, la forma en que se siente ella culpable de lo que sucedió. Culpable,  enojada, burlada, humillada, luego avergonzada. Esa es la realidad de una violación. Yo así me sentí. 

El asco que sintió ella no lo sentí yo, pero no porque "me haya gustado" lo que el tipo me hizo y la violencia con la que lo hizo, sino porque  no era un extraño ni un hombre que me causara repulsión, de hecho me gustaba (él, aclaro, él me gustaba y eso no significa que sea mi obligación aceptar o que me agrade que me obligue a tener sexo nomás porque me gusta), sin embargo todo el resto que sucedió en la reacción de "Paty", yo también lo sentí y cualquiera que lo haya vivido sabe que no miento, que es lo que se siente de principio a fin.

Quiero dejar bien claro que yo no estaba tomada en lo absoluto, tampoco soy "fresa" y tampoco se trataba de un viejo, al menos no en comparación a mi edad, pues somos "de la camada". 

Pero el resto sí: un 1) adúltero 2) rabo verde que 3) me lleva a un motel sin mi consentimiento e 4) ignora cada una de mis negativas. Inclusive forcejeé mil veces más que "Paty" porque yo no estaba alcoholizada y sí podía por lo menos retorcerme, pero ni así pude evitar que me penetrara por momentos, entonces imaginen a una mujer ebria, si tendrá las fuerzas para empujar, defenderse, defender su derecho a decir que NO. 

De hecho es peor cuando una mujer está así, privada de sus facultades (físicas, intelectuales y volitivas) como consecuencia de ingerir alcohol, tiene más dificultad para que le crean, por el simple hecho de que la gente ignorante dice "Pues si tomó de más estando en una cita, está bastante grandecita para saber lo que puede ocurrir", o "si tomó es porque quería que sucediera lo que sucedió" o como no opuso mucha resistencia precisamente porque el alcohol la idiotizó, adormeció, era que "sí quería".


Les voy a contar una historia de la cual fui testigo en una ocasión, cuando recién llegué a Guadalajara y por cosas del destino estuve viviendo algunos meses en casa de asistencia. Vivía conmigo una muchacha cuatro años menor que yo, de las que toman, salen a antros y son promiscuas. Ella siempre quiso hacer amistad conmigo pero yo no podía evitar dejarla afuera de mi cuarto tocando la puerta, hacerme la dormida, negarme a salir con ella, etc., a pesar de que nada me hizo nunca, ningún mal. Su único pecado fue ése, el de ser completamente diferente a mí. No me interesaba en lo más mínimo platicar de sexo con ella, ni de con quién se había acostado ese fin de semana mientras estaba borrachísima, etc. 
No voy a mentir, no me agrada ese tipo de vida y menos me gustó cuando con ella lo vi de cerca: me pedía raites a la farmacia para comprar pastillas del siguiente día, lloraba en mi hombro porque se sentía sola pues no la tomaban en serio, o simplemente la veía levantarse cruda y apestosa.

En una ocasión salí de mi cuarto, esperando como siempre no tener que topármela en la cocina o en la sala, para ir a hacer caminata y trotar al parque. Pero sí la vi: estaba acostada, tapada con una frazadita, cruda (como cada fin de semana) y no me sonrió cuando pasé fingiendo mucha prisa, a pesar de haberme visto fijamente a los ojos. Me sentí muy mal, pensé que tal vez algo le había hecho que la había molestado y me tuve que regresar a fuerza de remordimientos. Le dije que iba a agarrar un yogurt y le pregunté que qué le sucedía.

Me contó que la noche anteriorr había ido a un antro. Tenía muchas ganas de seguir tomando mientras que sus amigas ya se querían ir, así que ella se quedó con sus "amigos", que eran dos hombres que ella conocía de hace años y a quienes de hecho me había presentado en una ocasión. 

Me dijo que sus amigas la dejaron sola, ella siguió "la peda" y de repente no supo más de ella  hasta tempranito esa mañana cuando se despertó "bichi" y al lado de uno de ellos, uno de sus amigos, que vivían juntos en un departamentos a donde la llevaron supuestamente a dormir.

Me dijo que se sorprendió, jaló la cobija para taparse y le dijo "¿por qué estoy aquí y bichi?" "¿Quién te dió permiso para que me cogieras?" Yo no pude evitar reirme...

En este punto de la historia debo aclarar una cosa. Las palabras que he puesto entrecomilladas es porque son tal cual las dijo ella al relatarme esa violación. Segunda y la más importante es que si me rei no fue porque encontrara graciosa la historia ni su dolor, sino por la forma en que lo dijo, con palabras que no estoy acostumbrada a escuchar en vivo y en directo de una mujer.

Ella se puso seria evidentemente y yo me disculpé, le aclaré que me había dado risa eso de "coger". Prosiguió diciéndome que era verdad, que "ella ya se lo había cogido antes pero que en esta ocasión no le había dado permiso".

Fue entonces cuando yo misma cai en esa gran mentira de pensar... "ok si ellos ya habían tenido sexo antes y ella se emborrachó junto con él, sabía muy bien, es más, probablemente quería que sucediera nuevamente, pues al fin y al cabo ella es muy promiscua y si el tipo le gustaba..."

Me fui al parque, regresé y ella tenía en las manos un plato de cereal lleno y ya aguado... Como tres horas más tarde salí nuevamente de mi cuarto a comer y seguía allí...sola, viendo la tele y con su cobijita... tuve que ir y le dije que no se sintiera mal... oimos al señor de las nieves y salimos corriendo por una (para que no se nos fuera a ir). Mientras nos la comíamos ahí, juntas, me dijo que estaba tan triste que le había hablado a su  exnovio, uno que había tenido tres años atrás.

Después llegó por mí mi novio, llegué a las nueve pues era domingo y necesitaba dormirme temprano. Sí, adivinaron... seguía allí... cambiada con otra ropa... pero me dijo que ni se había bañado.

Fue ahí cuando me di cuenta que su dolor era en serio. Que de verdad no quería que sucediera lo que pasó y que para ella fue grave y doloroso. Jamás la había visto así, todo el día echada, sin sonreir, triste. 

Creo que su principal problema era el alcohol, y una de las consecuencias la promiscuidad. Estoy segura que si hubiera pasado sus fines de semana sin él, a lo mejor no hubiera tenido "el valor" para irse con tipos desconocidos. ¡Ah! porque sus "escapadas" eran en mayor frecuencia con tipos que conocía allí mismo, en los antros. 

Creo que tal vez esa noche, por falta de amor propio se sintió halagada de que su amigo le pagara los tragos, luego su alcoholismo no le permitió decir "hasta aquí" y como consecuencia terminó inconsciente. El tipo por supuesto que era precisamente lo que buscaba, pues doy por hecho que la primera vez que tuvieron sexo también la agarró borracha, porque así fueron todas y cada una de las historias de aventuras de una noche que ella me contaba, siempre empezaban tomando.

Me dijo que cuando le reclamó esa mañana, el tipo se soltó riendo. Así es: no le contestó absolutamente nada, simplemente se soltó riendo. Ella salió enojada del departamento y agarró un taxi. Cuando  yo salí de mi cuarto  ella ya estaba así, triste, queriendo desahogarse.

Sentí mucha pena por ella, y si hubiera sabido en esos momentos lo humillante, anímicamente y espiritualmente desgastante que es que te traten como un objeto sin voz ni voto, que usen tu cuerpo como si no existiera un ser humano consciente habitándolo, hubiera pasado más tiempo escuchándola.

Es muy triste que los hombres (los violadores) pongan tantos pretextos para excusarse de su delito, que su primer recurso sea culpar a la mujer y si no funciona, si ella se defiende, acusarla de "puta", "ofrecida" o de "quererlo dañar". De repente se excusan en que "no serían capaces" porque "son padres de familia" (como en la nota de Proceso)... Ahora resulta que tener una esposa que te aguanta todo y hacer hijos a lo bruto son señal de que eres "buena persona" e "incapaz" de violar. O de repente te salen con que los estás deseando locamente y quisieran estar en el lugar de la "esposa" y por eso los quieres dañar. ¡Vaya si no conocen la vergüenza esta clase de sujetos! O simplemente se rien en tu cara, como le sucedió a la muchacha de mi historia.

Oh, olvidé decir tres cosas cosas: 1) que mi atacante se parece mucho físicamente al actor de este cortometraje, aunque no de esa edad, claro; 2) que así de poco "romántico" se portó mi atacante también esa noche, de hecho no sólo esa vez (y por "poco romántico" no hablo de flores, chocolates y palabras de amor, sino al exceso de rudeza, vulgaridad, violencia, inexperiencia, etc.); 3) y que la muchacha de la que hablo en mi historia es guapa:  rubia de piel muy blanca y rasgos muy finos, sólo que muy vulgar... y no en su forma de vestir, al contrario, siempre se viste con ropa muy bonita y decente... me refiro a su forma de ser, de hablar, de pensar, de comportarse... Era sólo para que se ubiquen más en mi historia, al menos sa mí me gustan las descripciones y pormenores al leer.

Gracias por leerme.
 

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