Al
principio, el brillo narcisista deslumbra, y después, ciega. Cuando el
sujeto ególatra intenta seducir, recurre a dos tácticas principales:
primero, da muestras de poder, elegancia y aristocracia, y segundo, se
comporta de una manera totalmente opuesta a lo que realmente es:
humilde, sensible y dispuesto al crecimiento personal.
Sin
embargo, no todo puede camuflarse, existen pequeños detalles, gestos o
comentarios que indican claramente que tanta maravilla es sospechosa. El
impulso del ego por lucirse es tan grande que tenerlo oculto es
prácticamente imposible. Algunas de las siguientes pautas permiten
reconocer a una persona narcisista antes de ser atrapado o atrapada por
«su encanto»:
• Parece que escucha cuando le hablas, pero su mente está secuestrada por el ego.
Puedes
verificar si ha captando la información después de un rato: vuelve a
comentar lo mismo y es muy probable que no recuerde si ya se lo habías
dicho antes. Y no es falta de memoria, sino de atención.
•
La mayoría de las conversaciones tienden a canalizarse hacia su propia
persona: su historia, su familia, sus logros, su trabajo o lo que sea.
No pienses que se trata de una comunicación abierta o que le inspiras
confianza, es puro egocentrismo amañado
•
Cuando lo contradigas o muestres tu desacuerdo frente a algunas de sus
opiniones, no podrá disimular su desconcierto e incomodidad. Pondrá su
mejor cara amable, pero en su interior se sentirá indignado o indignada.
Algo podrás detectar.
•
Exhibirá las marcas cada vez que pueda: ropa, reloj, joyas, zapatos y
cosas por el estilo: querrá dejar claro que tiene un excelente gusto y
un mejor glamour.
• Nunca dirá «no sé». Saca el tema que quieras y tendrás a una persona erudita delante.
• Expresiones tales como : 'lo siento' 'disculpa' 'me equivoqué' 'tienes razón' no están en su vocabulario ni en su mente.
•
La táctica preferida será endulzarte el «yo» y los oídos. Te dirá
exactamente lo que te gustaría que te dijeran, porque son muy sagaces
para descubrir los puntos débiles del otro.
•
A veces se les escapa el trato inadecuado, brusco o descortés hacia
otras personas. La costumbre delata. En estos casos, el hábito sí hace
al monje o a la monja. La persona clasista no puede dejar de serlo.
Mostrará un especial interés por tus amistades importantes y con
estatus.
•
Tratará de saltarse las reglas, desde el primer momento, y mostrará
cierta ira mal disimulada cuando deba seguir pautas de conducta
impuestas desde fuera.
• Frase clásica de un narcisista : ' Nunca encontrarás alguien mejor que YO'
¿Podemos relacionarnos saludablemente con una persona narcisista?
Abrirse
a la realidad del otro y tratar de comprenderlo es una condición
fundamental para construir un buen vínculo afectivo. No puede haber amor
si el egoísmo manda, y no puede existir una comunicación eficaz si hay
egocentrismo.
Al
aceptar la supuesta magnificencia de tu pareja, minimizarás tu ser poco
a poco, y tu autoestima penderá de un hilo. ¿Qué opción queda? Que el
narcisista decida producir una transformación radical en su vida y ser
más generoso y humilde. Una revolución interior que no todos están
dispuestos a emprender y que muy pocos logran.
Estrategias de supervivencia afectivas
Para
relacionarse con un estilo narcisista-egocéntrico, la mayoría de las
personas recurren a dos estrategias básicas: adorar a la pareja sobre
todas las cosas o bajarla del pedestal y humanizarla. Ambas tienen
consecuencias complicadas de manejar.
Reconocer la «supremacía» del narcisista y rendirle honores
Para
seguir esta estrategia hay que hacer de tripas corazón y guardarse el
orgullo en el bolsillo. La idea es adaptarse de una manera radical al
narcisismo de la pareja para que todo sea color de rosa.
Esto
implica aceptar sinceramente la supremacía del otro y autoconvencerse
de que somos afortunados de tener una pareja que se sale de lo normal.
Las personas que se deciden por esta opción asumen una actitud sumisa y
complaciente en extremo. Los comportamientos más representativos de esta
actitud son:
• Adoptar una posición subordinada para que la grandiosidad de la pareja no se vea alterada.
• Mostrar una admiración constante (elogios, halagos, adulaciones y refuerzos).
• Aceptar las pocas manifestaciones de amor, si es que las hay, porque «ésa es su manera de ser» y hay que respetarla.
• Mantener un perfil bajo para no competir con la pareja.
• Lo ideal es concentrarse y disfrutar de los logros del narcisista y olvidarse de uno mismo.
•
Si se les señala alguna falla o error debe hacerse con absoluta
delicadeza y diplomacia, la asertividad está prohibida porque son muy
sensibles.
• Contribuir a su buena imagen con todas las herramientas posibles.
• Dejarse manipular a veces, para evitar discusiones.
•
Es importante crear una «resistencia a la indiferencia». Este callo se
va logrando a través de los años, con bastante esfuerzo y trabajo.
¿Qué
opinas? ¿Estás dispuesta a decidirte por esta línea blanda? ¿Posees el
don de la paciencia y la mansedumbre necesaria? Algunas personas se
sienten orgullosas de poder servir al ego de su pareja y de fortalecerlo
hasta reventar. En este sentido, una mujer comentaba: «Cuanto más
importante sea él, más grande seré yo». Una curiosa forma de
grandiosidad idólatra: el camino inequívoco de la completa destrucción
de tu Autoestima.
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